Del arte se vive, se siente, se sueña, y se enseña...

Estoy convencida de que el arte es del pueblo y para el pueblo, pero ¿cómo se supone que debemos de hacer el arte, o desde qué punto de vista lo podemos analizar? En estas últimas cuatro semanas me tocó trabajar con ocho extraordinarias personas (seis muralistas y dos documentalistas) nativas de Estelí, ciudad situada al norte del país, ellos me han enseñado el verdadero significado de la pintura mural y me han inundado de la profunda dedicación y pasión que sienten y viven día a día.

Siendo una persona ignorante, confundía el graffiti con el muralismo, pero.... no, no tienen el mismo fin, ni la misma técnica. No escribiré acerca de las diferencias y similitudes entre estas artes, simplemente quiero plantear lo que he vivido en estos días, lo que aprendí y lo que siento. Ojalá lo pudiese plasmar en pocas palabras, trataré.

El muralismo no es un simple movimiento que se desarrolló en los años 80, en tiempos de la Revolución Popular Sandinista, con temas políticos y sociales, tampoco es un trabajo para aquellos que poseen el don de dibujar y pintar, es también una forma de vida, una manera de desahogarse, de expresarse y comunicar a través de pinceladas, a través de la pintura.

Estelí es conocido como la ciudad de los murales, pero también por su gente, que promueve este movimiento, vive la historia, se apasiona cada vez que recuerdan y se emocionan con cada muro que expresa una idea, un sentimiento, que cuenta la historia.

Pinceles, pintura, muros, bocetos, dibujos, caladores, barniz, risas, vidas, ideas, visiones, sueños, deseos, etc... Y otros elementos fueron mi vida durante mi estadía en la ciudad del norte. Un mundo totalmente desconocido, una realidad fuera de mi alcance. Los muralistas son individuos apasionados, que viven por su arte, personas con dedicación a lo que hacen, que demuestran el valor de su trabajo y que se disponen a enseñar sobre la esencia del movimiento.

No me alcanzan las palabras para agradecer a los y las muralistas (Julio, Tyrone, Deylin, Karina, Coralia y Walter) que a través de su arte y su forma de vida, promovieron en mí el entusiasmo de hacer lo que a cada uno les gusta establecer, aprender a disfrutar de la vida, a promover la cultura, arte e historia que nos rodea. Gracias también a mis amigos, casi hermanos Anabell y Néstor por compartir esta inolvidable aventura, y por ser un equipo que va más allá de los límites!

PD: lo conté en pocas palabras :)